Ciudad Real 21/06/2019

Repunta la superpoblación de conejos tras bajar en invierno con los controles cinegéticos
La abundancia de conejos en amplios territorios de Castilla-La Mancha, con casi 300 pueblos delimitados oficialmente como zonas de emergencia cinegética, ha vuelto a repuntar en las últimas semanas, tras haber bajado no sólo con los controles de caza permitidos, sino por el vallado de las fincas o la plantación de parcelas de triticale que hace de barrera natural para frenar esta plaga.
Desde la Plataforma de Damnificados por la superpoblación de conejos, Antonio José Checa, señala que “sigue existiendo” una abundancia de un híbrido del Oryctolagus cuniculus, con una afectación en almendros, olivar, pistachos y viñas, a pesar de la bajada registrada en invierno porque “se cazó bastante”.

Checa sostiene que la Mancha toledana (Villa de Don Fadrique y Villacañas y en otras localidades de ese entorno) y ciudarrealeña (PEdro Muñoz, Socuéllamos, …) es una de las zonas “más castigadas”, y aunque se han abatido muchos ejemplares, “ahora está habiendo mucha cría y están saliendo a comer”.

En su opinión, los vallados “no son solución” porque con el paso de las semanas “se pudre y el conejo se salta”, si bien reconoce que “es muy complicado” el control de una especie que se reproduce cada mes con grandes camadas.

La plataforma inició hace un año actuaciones y acciones reivindicativas para pedir la declaración de plaga y se reunieron con los dirigentes de la Consejería de Agricultura, y con otras organizaciones y entidades para reclamar soluciones ante los daños de una planta que “estaba arrasando Castilla-La Mancha”.

“Seguimos en pie”, comenta Checa, para quien es necesario que sigan en activo acciones para controlar a la especia, por lo que “seguimos en contacto con la Junta”.

Daños en los tallos
El secretario provincial de UPA Ciudad Real, Pascual Ortiz, comenta también que los conejos “están saliendo otra vez ahora”, y sostiene que es preciso tomar “acciones” dentro de los tiempos y plazos que marca la Consejería de Agricultura.

En la comarca de Argamasilla de Alba, donde vive, “se notan otra vez” y se ven daños “en los tallos de la vid”, a pesar de que hay instaladas mallas metálicas en fincas de manera preventiva.