Orense 28/11/2018

Multan a ganaderos del Macizo Central por espantar jabalíes haciendo detonar gas
Las multas que comenzaron a recibir algunos ganaderos del Macizo Central por usar detonadores de propano o «estoupóns» para espantar la fauna salvaje enfadaron al colectivo.
"Imos protestar e tomar algunha medida para que non sancionen por molestar ao xabarín", comentó Pedro Rodríguez Parente, presidente de la asociación Agrogandeira do Macizo Central (Agromacen), un colectivo que agrupa a 400 productores.

Los expedientes aún no llegaron a la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Vivenda, según aseguraron fuentes de este organismo. En todo caso, uno de ellos, al que tuvo acceso este diario, y que fue cursado por agentes del Seprona (Servicio de Protección de la Naturaleza) de la Guardia Civil, explica que los citados cañones de gas, que un productor de Manzaneda colocó en una finca, lo enfrentan a una infracción administrativa "leve". Por este hecho, el ganadero se expone a tener que pagar una multa de 100 euros y a "reparar o dano causado, repoñendo o medio natural ao estado previo ao feito sancionable", o sea, a retirar el detonador.

El expediente recuerda que la Ley 9/2001, del 21 de agosto, de Conservación de la Naturaleza establece que "queda prohibido dar morte, danar, molestar ou inquietar intencionadamente as especies animais obxecto desta lei, con especial atención ás autóctonas, así como a súa captura en vivo e a recolección dos seus ovos ou crías".

El denunciado admitió haber colocado los detonadores, al entender "que o único xeito de protexer as parcelas da fauna silvetre e tentar que non se acerquen e para conseguilo ten que asustala ou, en definitiva, molestala", según consta en el texto.

"Hai que deixalos libres", se quejó Pedro Rodríguez, quien explicó que en las últimas fechas recibió cuatro expedientes similares. "É inocuo. Funciona con gas. Vaise cargando e coa presión adecuada estoupa", explicó en torno al funcionamiento de los detonadores. El ruido de sus detonaciones, similar al de un disparo, consigue alejar a la fauna silvestre de los cultivos.

Se da la circunstancia de que alguna que otra de estas denuncias fue tramitada por personas que no residen en la zona y que trasladaron a la Guardia Civil su malestar.

"As normas acaban co rural. É denigrante", añadió Rodríguez Parente. Recordó que los ganaderos mostraron recientemente su preocupación por las dificultades que entraña otro método para espantar a jabalíes o corzos: los cierres eléctricos.

Una norma estatal, la ITC-BT-04, obliga a presentar un proyecto "redactado y firmado por un técnico titulado competente" para montar la malla. Curiosamente, este documento debe seguir el procedimiento que estableció la Dirección Xeral de Industria, Enerxía e Minas, pues considera estos cierres "instalacións eléctricas de baixa tensión".

Los ganaderos aseguran que las cercas eléctricas tampoco son lesivas para los animales salvajes y se quejan de que, así las cosas, la única medida que tienen para combatirlos son las batidas y esperas de los cazadores.

El anexo IV de la Resolución de la Dirección Xeral de Patrimonio Natural, que determina las épocas de caza, recoge que en concellos con daños recurrentes "poderase actuar como medida de control do xabaril de xeito preventivo".
Ese mismo organismo también puede autorizar, como medidas preventivas, "o desencame dos xabarís mediante cans atrelados, batidas disuasorias mediante o emprego de cans e sen armas e esperas ao xabaril no período previo ás campañas de sementeira", según dicen los artículos 70 y 71 de la Lei 13/2013 de Caza de Galicia.