Además recordaban que los días de caza en la Marjal «son festivos y los fines de semana». Unas palabras que los cazadores consideraron como una acusación directa al sector cinegético.

Por ello se desmarcaron del asunto: «Nos han acusado rápidamente y sin pruebas, nadie ha demostrado que los causantes de las muertes de dichas aves fueran cazadores». De hecho instaron a «los llamados ecologistas» a abandonar «la práctica de acusar sin fundamento y valorar la incansable aportación a la sociedad por parte de los cazadores, como por ejemplo combatiendo las plagas de animales que causan accidentes de accidentes en las carreteras, así como múltiples pérdidas en la agricultura».

En cuanto a los hallazgos, los calificaron como «muy sospechosos» al asegurar que «todos los cazadores conocen perfectamente cuales son las especies protegidas. Nadie sería capaz de actuar de esa forma, puede que se hayan dejado aposta».

Actividad contrlada
Desde la federación condenaron «firmemente» este suceso y aseguran que el sector cinegético es «enormemente riguroso en el cumplimiento de la ley, entre otras cosas porque está totalmente controlado».

Destacaron que en el Parque Natural de la Marjal se han formado grupos de vigilancia por los socios de los clubes de caza de Pego y Oliva «que velan por la seguridad y el cumplimiento de la normativa, ningún cazador ha actuado de forma furtiva». Por último aseguraron que los autores son cazadores «se les retirará la tarjeta federativa».