Guipúzcoa 15/10/2018
«El dÃa nos ha salido perfecto, pero las aves hoy no están por pasar»
Se levantaba la veda general y la climatologÃa se aliaba con los miles de cazadores que, aprovechando la festividad del Pilar, acudÃan al monte con sus escopetas y perros. Los afortunados que conseguÃan un puesto en el sorteo celebrado hacia las seis de la mañana en el bar restaurante Gabiria de Irun ascendÃan a Peñas de Aia para repartirse por la zona de Erlaitz.
Les recibÃa un cielo que amanecÃa totalmente descubierto, con viento soplando del sur. Toda una promesa para el arranque de la temporada que habrá de prolongarse hasta el 31 de enero y de la que disfrutarán 16.009 cazadores, según datos facilitados por la Federación Guipuzcoana.
«Hace un dÃa ideal», comentaban optimistas aquellos que acudÃan en busca de la paloma torcaz, la malviz y la becada. La mañana avanzaba y el silencio se apoderaba de los paisajes pintados de los colores del otoño. La ausencia de disparos era un mal presagio. Nada rompÃa tampoco la monotonÃa del azul que se extendÃa sobre sus cabezas.
Pasadas las diez y media, algunos cazadores desistÃan. «No hay nada», se lamentaba Juan José Txuntxurreta. «Las palomas no tienen ganas de pasar hoy», decÃa resignado.
Otra decena de cazadores se daba cita en una explanada para empezar a compartir el almuerzo hecho a base de embutidos y pan, acompañado de vino portado en una bota. «La mañana ha ido muy mal, pero el almuerzo nos está sabiendo muy bien», bromeaba Enrique, mientras provocaba la carcajada de sus compañeros. «El dÃa nos ha salido perfecto, con un tiempo fabuloso, aunque las aves tienen sus costumbres y hoy no están por pasar», añadÃa su amigo Juan José.
El grupo al completo daba por finalizada la jornada. «El dÃa está hecho», sentenciaban. «Llevamos levantados desde las 5.30. VenÃamos con ganas por ser el primer dÃa. La verdad es que con ganas siempre venimos, pero luego nunca sabes lo que puede ocurrir», explicaban, al tiempo que hacÃan planes para el resto del fin de semana que tenÃan por delante. «Estaremos aquà intensivos a diario hasta el 10 de noviembre», manifestaban.
Sin almorzar se quedaron los irundarras Vitoriano Morán y José Antonio Villa, por el «cabreo» que confesaban tener. «No hemos tenido nada de suerte y menos aquÃ, que no vemos nada con tanto árbol», se quejaban subidos en una trepa de algo más de dos metros de altura, donde habÃan permanecido las últimas dos horas a la espera del pase de alguna bandada de pájaros a los que poder dar caza.
Abajo, su perra Txiki se movÃa inquieta. «Está nerviosa porque está atada y no ha corrido en toda la mañana», comentaba Vitoriano, quien añadÃa que «en breve» se marcharÃan a casa. «A ver si mañana tenemos más suerte, aunque siempre andamos igual. Ponemos las esperanzas en el dÃa siguiente, y luego en el siguiente a ese y en el de después... Algún dÃa caerá algo», deseaba entre risas.
«Nosotros tampoco hemos tenido suerte. Además, el puesto que nos ha tocado no tiene visibilidad alguna. Los árboles lo tapan. Está mal, muy mal», señalaba MartÃn RodrÃguez, un vecino de Hernani que se desplazaba hasta Irun acompañado de su amigo Óscar Murillo. Sus caras de desánimo lo decÃan todo.
Ambos aguardaban con impaciencia el inicio de la temporada de caza, aunque sus expectativas se veÃan ayer frustradas y más si cabe tras haberse visto tocados por la fortuna en el sorteo celebrado de madrugada. «HabÃa una pasada de gente. Hemos tenidos que ir a las cinco menos cuarto de la mañana y esperar dos horas», declaraban.
Otros cazadores se concentraban en las inmediaciones del campo de tiro, donde la mañana vivÃa sus últimos coletazos sin que las escopetas se hubieran apenas disparado. No habÃa presas que llevarse de vuelta a casa. «Pensábamos que Ãbamos a ver más aves», admitÃan Juantxo y José Mari, que seguÃan a la espera junto a su perro Izar. Las únicas que se dejaban ver eran cormoranes, una especie acuática protegida «a la que no se puede disparar». Cerca de una veintena se hallaba entre unos árboles cercanos, como sabiéndose a salvo del peligro que se cernÃa sobre otros pájaros.
«Aún es pronto»
Siguiendo la misma lÃnea de puestos de caza habilitada en un campo salpicado de estrellitas moradas, las flores del falso azafrán nacidas con el cambio de estación, se hallaba una cuadrilla de amigos formada por Iñaki, Juantxo y Juan José 'Kako' Aramburu, el popular irundarra campeón olÃmpico de tiro. Los tres se entretenÃan con la imagen de la bahÃa de Txingudi que se extendÃa a los pies de su atalaya, pero sin soltar la escopeta. «Llevamos aquà desde las ocho menos diez de la mañana y sólo hemos tirado una vez. El miércoles también vinimos y nos fue aún peor. Ni verlas, pero es lo normal. Aún es pronto. A finales de octubre, hacia el dÃa 26, es cuando empiezan a pasar. Antes sà que las tenÃamos aquà en estas fechas. Para la 'Pilarica' siempre habÃa algo. Debe ser cosa del cambio climático», se aventuraba a teorizar Aramburu.
De repente, un bando de palomas irrumpe en el horizonte. Los cazadores no pierden ni un segundo en reaccionar. Sólo uno de ellos acierta en el blanco. «Le he dado a una», afirma 'Kako', sonriente al verse premiado por su paciencia.