La Asociación de Entidades de Caza de la Comunidad Valenciana (adecacova) ha recibido recientemente el informe realizado por la Consellería de Territorio i Habitatge, sobre las alegaciones presentadas por la Asociación al anteproyecto de Ley de Caza, junto con el proyecto de ley aprobado por el Consell (pendiente de discusión y aprobación en las Cortes Valencianas). En el informe nos comunican que de las 39 alegaciones presentadas (entre otros comentarios), se han estimado nueve. Pocas son, pero es importante y es de agradecer que los responsables en materia de caza de la Consellería, y el Consell, hayan escuchado y oído a las entidades de caza y a los cazadores.

Adecacova considera que el proyecto de Ley es ambicioso, en cuanto a su desarrollo, ejecución y reglamentación, y lamenta decir que los únicos que lo cumplirán serán los sufridores cazadores que pagan y gestionan la caza con pocas facilidades y apoyos, y que ven como año tras año se les imponen más trabas, obstáculos, burocracia y pagos para practicar la actividad cinegética, ya que la Administración poco podrá impulsar y cumplir con dicha ley con los arcaicos y escasos medios materiales, personales y económicos que le dedica desde hace 25 años para atender a los 95.000 cazadores, 978 cotos (75 % del territorio), y a 600 sociedades de caza de la Comunidad Valenciana.

La Asociación coincide y alaba la finalidad del proyecto de Ley de Caza, en el sentido de “configurar un marco normativo regulador de la actividad cinegética en la Comunidad Valenciana”, aunque lamenta y confía en que los representantes del pueblo lo subsanen:

- Que se hable de coto deportivo y modalidades deportivas en vez de hablar con propiedad de modalidades cinegéticas y coto cinegético. Cuando sí lo hace con actividad, especies, espacios, ordenación, explotaciones, recursos, aprovechamientos, capacidad, y gestión al identificarlas como cinegéticas/os.

- Que NO se cree en esta Ley un Registro de Entidades Cinegéticas, para que las Sociedades de caza sin ánimo de lucro que se dedican a la gestión de la caza, con el objetivo de conservar y fomentar la riqueza de las especies cinegéticas y su ordenado aprovechamiento en sus acotados, se agrupen y se les reconozca lo que son y lo que hacen en la mejora de los hábitats y del medio natural, y no se las confunda con los clubes de tiro, como hasta ahora.

- Que se omitan los Consejos de Caza comarcales y provinciales, tan importantes en la participación social de agricultores, cazadores, administraciones, etc. en una actividad tan popular, y que afecta a tantos sectores.

- Que se utilicen palabras como “lúdico” (Def: perteneciente o relativo al juego) o “deportivo” (Def: Perteneciente o relativo al deporte: –Actividad física ejercida como juego o competición, suya práctica supone entrenamiento y sujeción a normas-), para dar el carácter a la actividad que se practica en un coto, cuando en la actividad cinegética ni existe juego ni competición.

- Que recaigan en demasía muchas responsabilidades, deberes y obligaciones sobre los titulares de acotados y cazadores, y pocas sobre la Administración.

- Que se olvide del fomento, apoyo, educación, e inversiones para todos los espacios cinegéticos por parte de la Administración, hacia una actividad cinegética con tanto arraigo cultural y social, y que tantos recursos económicos mueve en nuestra Comunidad.

- Y que NO se cree en esta Ley de Caza tan ambiciosa, un Organismo propio y con recursos que vele por su puesta en marcha, desarrollo, seguimiento, apoyo y control el cual se viene solicitando desde el año 1999, y que consideramos mejoraría nuestro medio rural, ambiental y nuestra biodiversidad.

Estamos convencidos que el poder legislativo, que ahora tiene que intervenir, modificará, conformará y dotará a la actividad cinegética de su propia identidad y se podrá hablar de toda ella con propiedad, al igual que incluirá todo aquello que se ha omitido y que consideramos sería importante y necesario para mejorarla, y con ello podamos estar todos orgullosos de una ley novedosa y acorde con las necesidades, la legalidad, y la realidad.


ADECACOVA

 

 

 

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