El trazado de carreteras a lo largo de nuestra geografÃa no solo supone un riesgo de atropello para la fauna local, sino que a largo plazo puede derivar en la segregación de especies y en una alteración grave del hábitat natural.
Durante años, para evitar que los animales salvajes cruzasen la calzada, generalmente amparados por la noche o cobijados por la niebla o la lluvia, muchas carreteras han sido separadas de los bosques y zonas naturales por vallas y muros.
Esta medida, si bien reduce radicalmente el número de animales atropellados y de siniestros producidos por su irrupción en la carretera, supone una separación drástica de los animales de la zona con algunos de sus recursos naturales y, sobre todo, limita altamente la interacción entre estos, la diversidad genética y la conservación natural de la especie. En estas circunstancias, la creación de pasos de fauna es fundamental.
Los pasos de fauna suponen una vÃa segura que los animales pueden utilizar para cruzar al otro lado de la calzada sin correr peligro. Ya sean subterráneos (como los excavados en el Parque Nacional de Doñana para preservar al lince ibérico) como elevados (véase el construido sobre la A-66 a la altura de Benavente, pensado para zorros, jabalÃes y corzos), su función es la de garantizar la equidad y biodiversidad a ambos lados de la carretera. A lo largo del mundo, estas construcciones varÃan su tamaño y diseño dependiendo de la fauna local, desde los pasos para elefantes en Kenia hasta aquellos pensados para cangrejos en Australia.
Mientras que este tipo de medidas se consolidan lentamente dentro de nuestras fronteras y carreteras, conocer una serie de precauciones a la hora de conducir en tramos con riesgo de fauna en carretera puede serle de gran utilidad. Para ayudarle
compramostucoche.es nos hace llegar esta infografÃa titulada ¡PELIGRO! ANIMALES EN LA CARRETERA.